1.1 FUNDADA EN LOS PRINCIPIOS DEL BUEN GOBIERNO
1.1.1 Eficiencia, eficacia y efectividad
Al resolver las necesidades ciudadanas de seguridad de manera objetiva, oportuna,
preventiva, restaurativa en sus derechos grupales e individuales, con calidad, apegada
a la ley y con un alto grado de satisfacción que motiva desde la ciudadanía estructuras
que promueven progresivamente escenarios de convivencia al construir confianza.
1.1.2 Transparencia
La transparencia como principio, redundará en el fortalecimiento de la Policía Nacional
y, por ende, en mayores niveles de legitimidad y confianza hacia las actuaciones institucionales
por parte de los ciudadanos. De igual forma, permitirá que cada uno de los
policías que intervienen en el proceso de implementación y seguimiento de la estrategia
propenda por el reconocimiento, respeto, protección y cumplimiento de los derechos
humanos.
De igual forma, la cero tolerancia a la corrupción, el fortalecimiento a la cultura de la
legalidad y transparencia en las actuaciones de todos los miembros de la Institución,
se erigen como principios y valores que se imprimen en los procesos internos convirtiéndose
en el sello de calidad de “una estrategia totalmente confiable”, lo cual contribuye
a crear y sostener altas pautas de credibilidad y realizar acciones que aseguren la sostenibilidad
de la misma.
1.1.3 Centrada en resultados
La seguridad ciudadana se constituye en un reto para garantizar la gobernabilidad del
país, medida a partir de la confianza de los ciudadanos en las instituciones a partir de
su efectividad para combatir la extensión y agravamiento del fenómeno de la violencia
y el delito.
En este sentido, se contará con criterios objetivos y técnicamente adecuados para
evaluar el desempeño de las instituciones del Estado en la consecución de las metas de
esta política.
CONCEPTO DE SEGURIDAD CIUDADANA
Si bien se entiende que la seguridad ciudadana es una necesidad que requiere ser
resuelta por el Estado, con los cuerpos de Policía como dinamizadores y articuladores,
donde se madura la relación entre autoridades y comunidad, la cual se caracteriza
por ser integral, flexible, dinámica, efectiva, eficiente y por privilegiar la prevención y
la investigación, es importante establecer que la seguridad ciudadana en el marco del
servicio de Policía debe entenderse como el conjunto de acciones jurídicas y materiales
a cargo de las autoridades político-administrativas, con atribuciones ordinarias de
Policía, tendientes a garantizar con el apoyo de la Fuerza Pública, el normal ejercicio de
los derechos y libertades de las personas para el logro de la convivencia pacífica de los
habitantes del territorio nacional.
Enfoque preventivo e integralidad del servicio de Policía:
La prevención constituye
la base esencial del servicio de policía, no obstante, debido a las condiciones especiales
de violencia y criminalidad del país, la Policía orientó sus esfuerzos a controlar la
amenaza de los grupos armados ilegales y el terrorismo; controlada esta etapa, la institución
se encuentra ante a un escenario que plantea el tránsito de las acciones delictivas
hacia el ámbito urbano. Dado este escenario, se hace necesario implementar acciones
de tipo integral que involucren la prevención del delito como núcleo del accionar policial.
La integralidad en la estrategia debe entenderse desde dos dimensiones: la primera,
alude al reconocimiento de la multicausalidad y complejidad de la criminalidad y la
violencia. La segunda, implica que el sistema diseñado para disminuir la delincuencia
debe incluir las funciones de prevención, control y reacción frente al delito, así como
resocialización del delincuente y la asistencia a víctimas. En síntesis, la integralidad en
la acción del sistema debe responder a la multicausalidad del fenómeno delincuencial.
Disminución de delitos:
los fenómenos delincuenciales y de inseguridad han venido
cambiando su dinámica típicamente rural haciendo tránsito hacia lo urbano, prueba de
ello es el incremento de eventos relacionados con hechos delictivos a ese nivel. La estrategia
de seguridad ciudadana está diseñada para responder con efectividad ante estos
fenómenos y reducir ostensiblemente las acciones delictivas, para generar sensación de
seguridad y tranquilidad para la ciudadanía, impactando integral y prioritariamente las
principales ciudades y centros urbanos del país.
La estrategia de seguridad ciudadana busca reducir los índices delincuenciales y contravencionales
en todo el territorio nacional, basados en un servicio preventivo más que
reactivo, optimizando los recursos disponibles, haciendo uso de las herramientas tecnológicas
generando relaciones de confianza y trabajo en equipo, y mejorando integralmente
la capacidad de atención y respuesta al ciudadano, teniendo como base un
componente de educación ciudadana que permita generar procesos de cambios culturales
que sean sostenibles en el tiempo .
Liderazgo y empoderamiento policial:
cada funcionario de policía está capacitado
de manera integral, formado y ubicado laboralmente por perfiles y competencias para
atender con efectividad y calidad los requerimientos ciudadanos; por lo tanto, se debe
empoderar a cada uno de estos policías con el fin de permitir que se apropien de sus
comunidades y sean reconocidos como líderes sociales a través del trabajo en equipo,
la comunicación bidireccional y los resultados esperados por la ciudadanía; para lograrlo
se requiere garantizar continuidad en los procesos de construcción de relaciones comunitarias
con el fin de ganar la confianza de las personas que allí habitan y poder generar
vínculos y lazos de familiaridad policía-ciudadano.
Sistema de participación ciudadana:
permitir la participación activa de los ciudadanos
en la construcción de su propia seguridad es una prioridad institucional, por tanto se han
diseñado espacios de cooperación donde cualquier persona es bienvenida a construir
conciencia de seguridad. La Policía Nacional viene liderando estos procesos con un excelente
posicionamiento y aceptación en la comunidad, por lo cual se requiere mantener
y ampliar su alcance. Existen siete tipos de programas de participación ciudadana los
cuales pueden ser: organizacionales (fortalecer estructuras comunitarias), de articulación
(mejorar relaciones autoridades -comunidad), de formación (crear cultura de solidaridad y
corresponsabilidad), y de intervención (tratamiento de problemáticas especiales).
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